Recensiones de 'Política Europea de España' para el Derecho Constitucional


Porrayanesantos- Postado em 06 junho 2013

De: Victoriano Perruca Albadalejo
Fecha: Febrero 2011
Origen: Noticias Jurídicas

Del estudio de diferentes artículos se puede componer una monografía. Con estas recensiones pretendemos, a su vez, hacer un extracto posible y anticipado de ella sobre esta materia que afecta a la vida diaria de nuestroDerecho Constitucional con el doble fin de “dar luz” sobre las causas, razones, historia y futuro de nuestra incorporación a la Unión Europea, así como de lo que en su caso podamos esperar de Ella. Con esta pequeña historia quizá podamos comprender algunos de los desvelos de hoy.

1. “De la ingenuidad al pragmatismo: 10 años de participación española en la maquinaria diplomática europea”.

Esther Barbé. Afers Internationals, nº 34-35, p-9-29.

  1. En este artículo su autora pretende analizar el cambio sufrido por la diplomacia española durante el período que va desde 1.986 (nuestra adhesión a la CEE) hasta 1.996, esto es, los primeros diez años.

  2. Se hace varias preguntas: ¿Cómo se superaría el escepticismo europeo hacia España?, ¿cuáles serían los elementos distintivos de nuestra diplomacia?, y ¿cuál ha sido su papel en el proceso político de construcción europea?

  3. Sirviéndose de la frase en su día pronunciada por Fernández Ordóñez “Ante Europa somos menos ingenuos” señala que los tres ejes bajo los que se puede estudiar la evolución desde nuestro ingreso son: (a) el de los valores frente a los intereses, (b) la abstención frente a la participación y (c) centro frente a periferia.

  4. Primera etapa. Sobre ellos influyen los factores internacionales, comunitarios y domésticos producidos ( respectivamente: el final de la guerra fría, la ampliación de la Unión Europea de los doce/quince, y el final del aislamiento).

  5. A su vez motivaron una actitud española de una cada vez mayor participación en los asuntos comunitarios con el fin de conseguir en su agenda de cooperación política europea (CPE) y política exterior y seguridad común (PESC) los siguientes objetivos: (1) una plena homologación de valores democráticos y no sólo económicos o utilitaristas, (2) el de hacerla servir de coartada para impulsar a veces medidas impopulares, y (3) potenciar los objetivos internacionales de España respecto del Magreb para evitar padecer así el síndrome de periferia que la caída del muro de Berlín podría suponer ante las expectativas de una nueva ampliación.

  6. España, a diferencia del perfil de “latecomer” de Reino Unido, Dinamarca y Grecia, tuvo en su ingreso laparticularidad de pretender en materia de CPE la integración institucional y organizativa antes que la mera cooperación intergubernamental.

  7. El fundado “euroescepticismo” después de su ingreso obedecía a dos causas: (1, histórica) al afán de superar su tradicional aislamiento al ver “España como problema y Europa como la solución1 en la línea del slogan programático de Felipe González resumido en “Más Europa”2; y (2, geográfica) desde el punto de vista geográfico, se temía que España se convirtiera una segunda Grecia debido al tercermundismo de sus relaciones exteriores, su retraso en la Administración Pública, y al discurso nacionalista de cuya diplomacia había hecho hasta entonces gala.

  8. El carácter de reto que tenía la primera presidencia gubernamental española (como consecuencia del escepticismo anteriormente expuesto) implicó un efecto “europeizador” de la opinión pública como mejora de la proyección internacional que, de puertas afuera, sirvió para capitalizar un acercamiento progresivo de ambas diplomacias en asuntos conflictivos como el centroamericano o el árabe israelí.

  9. De presunto enfant terrible pasó a un rol de enfant sage a imitar por Grecia, todo ello favorecido con la coyuntura de que durante sus primeros cuatro años de adaptación no hubo crisis internacionales que perjudicasen sus intereses; al contrario, pudo hasta europeizar el conflicto del Sahara Occidental por primera vez con la suma en 1.988 de “los Doce” al Plan de Paz de Naciones Unidas, dando muestras de una equidistancia y moderación que, puertas adentro, eran lejanas a posturas anteriores (como las del PSOE, que apoyaban la lucha del Frente Polisario).

  10. Aunque su agenda era ambiciosa no hubo, sin embargo grandes resultados: una declaración sobre el conflicto árabe-israelí reafirmándose la posición europea y, respecto a Latinoamérica, fue rechazada la propuesta de Felipe González de crear un Fondo de Garantía para Países Endeudados. No obstante, en general su balance fue positivo por haber acelerado la cooperación política en Oriente Próximo o la URSS.

  11. La segunda etapa de relaciones España-CPE es tras la caída del Muro de Berlín (1989), donde a raíz de entonces la diplomacia española pretende potenciar su papel de potencia media como lo demuestra su hiperactivada proyección internacional (Juegos olímpicos y Expo) en otros tres asuntos: (1) participando en los Acuerdos “Cuatro más Uno” referentes a Bosnia, (2) propiciando un desvío de mayores recursos al área mediterránea en beneficio de su seguridad, y (3) auspiciando unalabor de prestigio más que de auténtico riesgo en torno al área Latinoamericana.

  12. Tras el anterior contexto, la segunda presidencia española en forma de PESC se presenta como un “salvavidas” para el Gobierno González en un período de reflexión y debilidad interna. Se sigue ahora al motor franco-alemán y acaba el “espejismo”, de forma que si bien su balance puede considerarse positivo por haber conseguido transmitir la imagen de representar a una Europa abierta también tuvo iniciativas propias fructíferas, como, por ejemplo, en materia de las elecciones palestinas y de la ExYugoslavia en 1.995, el impulso de la relaciones UE-EEUU, la firma de un Acuerdo Marco entre la UE y Mercosur sobre diálogo político de alto nivel, pero no así un mecanismo de concertación monetaria que impidiese la sobrevaloración del dólar al chocar con el G-7.

    No obstante, su pretensión máxima, la celebración de la Conferencia Euromediterránea de Barcelona (1995) ha sido calificada de encuentro histórico porque por primera vez, al margen de los EEUU, los 15 miembros de la Unión se reunieron con sus doce socios mediterráneos. El que se consiguiera que el 22% de los recursos europeos se asignasen al Mediterráneo y sólo el 8% al Este, fue un éxito de la diplomacia española (hasta el punto que ello explica que Javier Solana fuera después Secretario General3 de la OTAN y “Míster PESC”).

  13. Con motivo de la Conferencia intergubernamental (CIG) de 1991 y su resultado, el Tratado de Maastricht, Esther Barbé se pregunta cuál fue el papel desempeñado por España en el proceso político de transformación de la CPE a la PESC, proceso en el que el mecanismo de “toma de decisiones” (cambiar la unanimidad por el voto por mayoría) y el de “la Seguridad” mostraban la permanente fractura de la construcción europea prácticamente ya desde sus orígenes:

  14. En el aspecto institucional España se alineaba con los integracionistas (Alemania, Italia o Benelux) frente a los inter gubernamentales (Reino Unido o Dinamarca), proponiendo una integración tan realista como gradual a la vez que favoreciendo su propia Agenda; de forma que dejaba para un futuro una auténtica política exterior europea a través del prudente mecanismo de políticas comunes (listadas por consenso e implementadas operativamente después por mayoría cualificada), propuesta que no se apartó mucho de la finalmente obtenida con la Cumbre de Maastricht.

  15. Nuestra ambigua integración en la OTAN supuso, tras la guerra fría, un período de reflexión en la diplomacia española que acabó por admitir la inclusión de los términos de política de defensa común y defensa común en el Tratado, así como la incorporación de la UEO; mientras que la batalla española a favor de la Identidad Europea de Defensa (IEDD) se formuló4 en términos de complementariedad y no de alternativa frente a la NATO.

Conclusión:

En suma, Esther Barbé califica la posición española de realismo pragmático caracterizado por un enfoque gradualista y de alcance limitado en el proceso de construcción europea.

2. “Reflexiones y balance de diez años en la Unión Europea”.

F.Javier Elorza Cavengt. Información comercial española nº 766/1.997.

  1. Empezando por un análisis del Acta de adhesión de 1.985 el autor analiza en este artículo el período de diez años subsiguientes desde la óptica económica. Se pregunta por los beneficios de España y por el impacto que a la Comunidad le ha ocasionado en el mismo sentido la incorporación de nuestro país.

  2. En ese balance empieza por explicar que nuestra incorporación supuso la aceptación del acervo comunitario, entendiéndose por tal “el Derecho primario - configurado por el Acta de Adhesión, el Tratado de Maastricht y el de Amsterdam (hoy habríamos de añadir Niza y Lisboa)- y derivado, así como la fijación de unos períodos transitorios fijos en orden a la adaptación al mismo y entre los cuales destaca la implantación del IVA (con evidentes pretensiones dilatorias conseguidas por presión de Francia). Esta circunstancia no impidió que, sin renegociar formalmente el Acta, se aprovechasen todas las oportunidades de su revisión para conseguir mejoras, entre ellas las reducciones temporales de las citadas adaptaciones y que fueron, por ejemplo en cuanto a plazos, las siguientes:

    1. En materia de industria siete años como mínimo debido al precedente griego; diez años para una agricultura característicamente mediterránea como la española; y, finalmente, diecisieteexagerados años para la pesca (sin precedente previo alguno). Con la renegociación posterior del Acta entre España y la CE en 1.994, con motivo de la ampliación de la Unión a los países deSuecia, Finlandia, Austria y Noruega, los diecisiete años en el sector pesquero se quedaron en diez, por lo que en 1.995 –siete años antes de lo previsto- expiró el plazo; ya antes, en 1.992, en materia agrícola España consiguió con la aplicación del Libro Blanco de Mercado Interior eliminar a partir de entonces cualquier período transitorio para la mayor parte de productos así como la eliminación de cualquier arancel, mientras que un año antes la libre circulación de trabajadores era toda una realidad que eliminó en Europa el viejo síndrome de una “invasión española”(puesto que el fenómeno fue relativamente inverso).

    2. En materia de derecho derivado, esto es, la normativa de desarrollo del Acta, España y Portugalprácticamente se vieron ninguneados en las negociaciones, y si bien a su pesar se consiguió el logro táctico (de mejorar en nuestro interés) el acervo comunitario en algunas cuestiones como, por ejemplo, el transporte intracomunitario de mercancías o las reglas de origen de productos canarios y sus contingencias de exportación, sin embargo, la batalla negociadora más activa se centró en el presupuesto comunitario: si por una parte la Unión pretendía una neutralidad financiera para España a través de la progresiva incorporación del IVA con devoluciones decrecientes, por su parte España pretendía todo lo contrario, esto es, un saldo positivo con su aplicación para evitar un déficit (697 Mecus) que, como cualquier otro país menos favorecido (Irlanda y Grecia), no podría soportar. Tras un acto de protesta de los Secretarios de Estado españoles (Pedro Solbes y Fernández Ordóñez) en la sesión del Consejo de 1.985, al final se llegó a un acuerdo equilibrado que más tarde, con ocasión del paquete financiero Delors I de Bruselas (1988) y Delors II de Edimburgo (1992), y sin contar programas favorables a nuestros intereses (becasErasmus, por ejemplo) sería incluso mejorado al recibir España la mayor parte de la duplicación de fondos estructurales y después de los fondos de cohesión económica y social respectivamente.

    3. En agricultura se consiguió aumentar el 50 % de las cuotas lácteas y de tomate transformado en un principio asignadas por el Acta, mientras que al negociar en 1990-91 la incorporación de Canarias a la Comunidad (a través de la aprobación de programas como el REA y el Poseicán), se lograron razonables ayudas agrícolas y pesqueras para el archipiélago -evitando así tanto el encarecimiento de la vida como la fijación al alza de precios de mercado mundial-.

    4. En cuanto a las relaciones económicas con América Latina las formulaciones del Acta eran muy vagas, si bien se tenía en cuenta el criterio del sistema preferencial generalizado (SPG) para buscar soluciones a los problemas de determinados productos; así España los centró en el cacao, el tabaco y el café, de los que respecto al primero y último se establecieron contingentes destinados a España durante un limitado número de años, consiguiendo como otros logros de su participación en el Consejo los siguientes: (1) una reducción progresiva del arancel de café, (2) laDeclaración de San José sobre cooperación política y ayuda financiera en América Central y su intento de pacificación en la zona, (3) un régimen de “SPG Droga” de nuevo cuño para los países Andinos y también agrícola para los centroamericanos, (4) la apertura de una línea de crédito para Latinoamérica y Asia por el Banco Europeo de Inversiones(BEI), (5) la firma en Madrid del Acuerdo con Mercosur en 1995, (6) acuerdos de lucha contra el narcotráfico mediante la cooperación policial y judicial incorporando instituciones de diálogo, (7) una partida presupuestaria comunitaria favorable a Latinoamérica, hasta ser multiplicada por diez entre el período 1.985-95; y (8) el aumento de oficinas comunitarias en suelo latinoamericano.

  3. También procede el autor a subrayar qué modificaciones más destacables ha habido en el acervo comunitario, tanto en el Derecho primario como en el derivado.

    1. Derecho Primario. Constituido el primero por (a) el Acta Única Europa de VI.85 creadora del Mercado Único Europeo a partir de 1.993, (b) el Tratado de Maastricht de 1.992 fijando el calendario de la incorporación de los miembros a la Unión Económica y Monetaria, y (c) el de Amsterdam (modificativo de los Tratados de la Unión y de los constitutivos de las Comunidades)5,señala como tales las siguientes:

      1. Acta Única: España participó en 1.985 en la conferencia intergubernamental convocada por el Consejo (sobre el Libro Blanco del Mercado Interior) propuesto por el Comisario Cockfield, si bien lo hizo a título de mero observador y las ventajas obtenidas fueron mínimas, observándose que el Acta se negoció antes de nuestra adhesión -según algunos- para pasar a mayoría cualificada en vez de por unanimidad cuestiones que, España, podría bloquear con posterioridad.

      2. Tratado de Maastricht:

        b.1. Aquí España tuvo ya mayor protagonismo alineándose con Alemania para condicionar la implantación de la Unión Económica y Monetaria (UEM), principal deseo de Francia, a una mayor democratización política de la integración mediante el reforzamiento del Parlamento Europeo y la creación de un Comité de las Regiones. A ello España añadiódos cuestiones: (A) la creación de una ciudadanía de la Unión (acompañada de políticas más sociales que puramente economicistas) así como (B) el reforzamiento de la cohesión económica y social.

        La primera (A) facilitaba (1) el derecho de libre circulación y residencia, (2) el voto comunitario municipal6 y parlamentario, (3) la protección diplomática y consular, (4) la incorporación del derecho de petición y (5) la creación del Omnbusdam europeo; (6) una mayor protección de los consumidores, (7) y la humanización del Tratado en materia laboral, de salud, educación y cultura (programa Erasmus, Leonardo y Sócrates, por ejemplo).

        Por su parte, la segunda (B) se consiguió catalogar como objetivo, misión y acción esencial de la Comunidad Europea, lo que motivó la creación de un Fondo de cohesión de carácter estatal (y no regional) y un Protocolo para financiar fondos estructurales, destacándose que el primero fue a iniciativa española y con unas condiciones de beneficencia hechas prácticamente a su medida (renta per cápita inferior al 90% de la media comunitaria y con un déficit inferior al 3%) hasta el punto de que favoreció la solidaridad interregional española sin perjudicar las regiones más avanzadas.

        b.2. España también introdujo el “principio de suficiencia de medios” en el presupuesto comunitario.

        b.3. España consiguió defender el criterio de la unanimidad frente al de la mayoría cualificada para decisiones fundamentales tales como los Fondos estructurales y de cohesión, Seguridad Social, la armonización de la fiscalidad, gestión del agua, ordenación del territorio, medioambiente y energía, política Exterior y de Seguridad Común (PESC), Justicia e Interior, libre circulación, residencia y acceso al empleo por extracomunitarios, y que en materia de salarios la Unión se abstuviera de legislar.

        b.4. España defendió el reforzamiento del Parlamento Europeo, siendo buena su representatividad democrática proporcional (64 de 626 diputados, más del 10% de la población conjunta) y copatrocinó con Alemania el Comité de las Regiones adoptado en Maastricht.

        b.5 En PESC defendió la globalidad de la política exterior comunitaria frente a planes a la carta.

        b.6 En Justicia e Interior introdujo la lucha contra el terrorismo como nueva competencia de la Unión.

        b.7. En la Unión Económica y Monetaria España defendió con éxito la ampliación de plazo transitorio con motivo de la crisis del Golfo y negativa de referéndum danés al Tratado y criterios de convergencia con numerus clausus para evitar arbitrariedades.

      3. Tratado de Amsterdam:

        España introdujo nuevas disposiciones en materias sociales como empleo, salud pública, protección de derechos humanos, igualdad de género, seguridad y defensa y sobre todo terrorismo, delincuencia internacional y narcotráfico, un Estatuto permanente para regiones ultra periféricas como Canarias, un Protocolo de asilo, y el reforzamiento de la regla de la unanimidad en la cláusula de cooperación en el Consejo.

    2. En el Derecho derivado hay que tener en cuenta que España se adhirió en un momento clave puesto que participó en el Libro Blanco sobre Mercado Interior. Influyó en temas nuevos como transportes, telecomunicaciones o protección de consumidores, en la aprobación de la Unión Económica Monetaria y en el establecimiento de la Unión Política. En cuanto a Gibraltar España llegó a amenazar con invocar formalmente el Compromiso de Luxemburgo de 1.966, según el cual es necesaria la unanimidad para las decisiones que implican “intereses vitales” de los países miembros de la CE.

Conclusión:

En cuanto al impacto socioeconómico de nuestra entrada en la Unión hace balance de los diez años resaltando que ha sido positiva porque, entre otros indicadores favorables, ello supuso un aumento de 5 puntos en la renta per cápita respecto a la media comunitaria, creciendo en más de un 20% la productividad media de la economía española frente a un porcentaje mínimamente inferior de la CEE, consiguiendo así la convergencia e incluso preguntándose si telefónica, por ejemplo, ya era la primera multinacional española.

En cuanto a la influencia de España en el mundo nuestra entrada en la CE supuso el fin de nuestro aislamiento en él, destacando como hito de nuestra contribución las relaciones exteriores, en especial con el Mediterráneo, a través de la Conferencia y Declaración de Barcelona en XI.95, el liderazgo manifestado en la Declaración de Madrid y a través de la Agenda Transatlántica entre la UE y los EEUU en XII.95, o la adhesión de España a la unión Europea Occidental (UEO) en 1990 en Seguridad y Defensa.

En definitiva, Javier Elorza concluye que, con base en todos los aspectos apuntados, la pertenencia de España a la Comunidad ha sido, sin duda, el principal factor de modernización y liberalización de nuestro país en la década 1.986-1995, contribuyendo a un mismo tiempo a una Unión Europea más fuerte, más integrada, más equilibrada y más solidaria.

3. “Una década de política agraria común en la españa integrada”.

Jaime Lamo de Espinosa, catedrático “Jean Monnet” de Economía Agraria.

  1. Es objeto de este artículo descubrir cuáles han sido las ventajas e inconvenientes que en materia de política agraria ha supuesto para España la firma del Acta Única Europea durante los diez años siguientes.

  2. Con un ánimo crítico hacia los primeros negociadores españoles (alude a las discrepancias entreFernando Morán, el Ministro de agricultura y el comisario negociador) su artículo lo introduce exponiendo que la euforia que nuestra incorporación supuso pronto se tornaría en decepción como consecuencia del cambio habido de la vieja política agraria.

  3. Si bien (gracias a los Acuerdos firmados décadas antes por Alberto Ullastres con la CEE) aquella incorporación había llevado a España a ser la segunda potencia de Occidente (después de Norteamérica), y a pesar de que, en teoría, nuestra incorporación supusiera el beneficio de una unidad de Mercado con preferencia comunitaria y solidaridad financiera, pronto se vería remodelada en nuestro perjuicio debido a la asimetría del Tratado y tendencias disgregadoras posteriores7, entre las cuales enfatiza la derivada del Libro verde de la agricultura europea por haber primado las ayudas agrícolas comunitarias sin prever maximizar las potencialidades productivas de consumos propios. Al respecto pone como ejemplo el problema del “peaje” que se tuvo que pagar de “la cuota láctea”.

  4. En concreto les reprocha a nuestros negociadores de aquellas fechas el haber creído que, puesto que nuestros rendimientos propios de una economía global agrícola “de secano” eran bajos, resultaba mejor primar con ayudas directas la no producción, con la finalidad de compensar así la falta de ingresos directos (“El PER”) y ayudar, además, a la jubilación-abandono de nuestros agricultores (sin cuidar de garantizar el período máximo o mínimo durante el que las ayudas seguirían todavía vigentes).

  5. La “política eutanásica” de la CEE ha supuesto para España que se manifestase grosso modo en (1) el arrancamiento de viñedos (40% anual) y manzanos, (2) sacrificio de vacuno con pérdida de 50.000 millones de pesetas más el pago de su mitad correspondiente a la cuota láctea (no precisamente muy excedentaria en este país), y (3) la reducción hasta un 15 % aproximado de producción de cosecha del cereal por la técnica aplicada del “set-aside” o de barbecho obligatorio.

  6. Total: Pese al descenso global de la productividad agraria la renta en este sector creció merced a la subvención comunitaria. Si antes el agricultor español dependía de la productividad de su mercado en 1.994 se le detectaba ya como “un nuevo pensionista dependiente del presupuesto de la CE”…, lo que le hace concluir dos cosas: (a) que la producción agraria española desciende sin apenas apreciarse y sin desarrollarse empresarialmente y (b) que nuestra economía se ha convertido en “subvención-adicta” dependiente de Bruselas, por lo que para evitar la ruina de nuestra agricultura propone medidas complementarias a la de la ayuda subvencionada. (Punto 8).

  7. En materia de comercio exterior agrario aprecia acro-económicamente que, en un principio, era mayor el número de exportaciones realizadas que las importaciones hasta 1.987, momento progresivo de desplome de esa tendencia como consecuencia de la desdichada política de peseta fuerte, hasta remontar en 1993 como consecuencia de su devaluación; si bien a partir de este momento se corre el riesgo de reducir nuestra exportación sólo a los países de la UE como consecuencia de los Acuerdos de Ésta con el GATT, tal y como ha hecho por ejemplo Francia con España al multiplicar por dos la introducción de sus productos (con la consiguiente pérdida de nuestra propia cuota de mercado). Así en el sector lácteo, cereal y pesca como los más destacados. Total: tampoco aquí se aprecia que hubiéramos defendido bien nuestros intereses y las nuevas oportunidades que se nos ofrecían.

  8. Ante la pregunta que se hace (qué se puede hacer ante esta situación), desde luego responde que negociar conforme a nuestros intereses practicando España la “política de su política” y no como lo ha hecho, cifrando como problemas de nuestra agricultura a solucionar los siguientes:

    1. Seguridad jurídica y fiscal: La clarificación de la incertidumbre del mercado sobre productos mediterráneos sabiendo cuál va a ser la duración que tendrán las subvenciones con el fin de programar adecuadamente y con seguridad las inversiones del campo, mejorando a la vez el tratamiento fiscal.

    2. La lucha contra los incendios forestales: Reforestación. Al respecto también es necesario una legislación por Bruselas y un aumento de ayudas.

    3. La mejora de regadíos: para conseguir ahorro de agua y aumentar en productividad, proponiendo riegos de goteo y micro-aspersores así como un Plan Nacional de Regadíos en el que intervengan los agricultores.

    4. . Potenciación de los servicios internacionales de exteriores.

    5. . Diseño y potenciación de políticas de desarrollo del medio rural.

    6. Asegurar la calidad de los productos alimentarios españoles y fomentar su marca en función de las denominaciones de origen.

    7. Facilitar fiscalmente la transmisión de fincas rústicas, inter vivos o mortis causa, para evitar el abandono rural y de tierras: Aumento de explotación.

    8. Igualación de costes de los inputs tanto al interior como al resto de los Estados miembros.

Conclusión:

En definitiva, según concluye, este muestrario de necesidades descritas le hace afirmar que “las expectativas generadas en nuestro ingreso en la CE no han sido satisfechas”. Descubre que detrás del velo de las subvenciones se oculta un campo peligroso y aceleradamente envejecido: no se debe de ser ingenuo.

4. “Las raíces domésticas de la política europea de españa y la presidencia de 2002”.

Por Jacques Delors, en traducción realizada por Carlos Closa. “Etudes et Recherches” nº 16. XII.01.

  1. Jacques Delors realiza en este documento un sucinto repaso histórico de la relación de España con Europa, el señalamiento de las variables internas y externas que han influido en la identificación de la opinión pública española con el proceso de construcción europeo y el balance de las tres presidencias españolas en los organismos europeos.

  2. La historia contemporánea de la política europea española ha sido considerar Europa como un referente de identidad nacional cuyo proceso se ha caracterizado por un progresivo extrañamiento derivado de tres factores histórico-culturales: la Reconquista, su mentalidad no capitalista consiguiente y la empresa americana.

  3. Tras el decadente período español entre los S.XVII-XIX , después del debate intelectual entreafrancesados y tradicionalistas, y, sobre todo, fruto de un proceso irreversible por los imperativos económicos y no aislacionistas que dieron fin a la autarquía de la primera etapa del anterior régimen, se afirma que “sólo con la instauración de la democracia España vuelve a mirar al viejo continente como la ansiosa solución de sus problemas”. Esto es así por identificarse con los valores de respeto por los derechos humanos, estado de derecho y democracia representativa, esto es, libertad, igualdad, pluralismo, justicia y democracia, extremo que con el tiempo derivará hacia una visión europeísta más pragmática que romántica.

  4. Nuestra adhesión a la UE fue así un discurso de democratización del país como valor legitimador en sí mismo; así el proceso de identificación fue de carácter simbiótico: según el Eurobarómetro de 1.996 el 70% de los entrevistados se sienten con una identidad dual española y europea, lo que supone una asociación positiva, y, salvando los famosos conflictos de la “ñ” o el de “los toros”, no imaginada en términos de amenaza. Con cuadros estadísticos demuestra que ese sentimiento alcanzó su cenit entre 1984-91 y descendió hasta 1.997, para después recuperar el tono hasta puntos algo incluso superiores al primero entre1999-01. Ello demuestra que la valoración utilitarista se ha ido consolidando por entender que, sobre todo, la cohesión económico y social es condición de la legitimidad de la UE, siendo causa del bajón de popularidad de principios de los noventa la crisis económica y política generalizada (manifestada por las negociaciones pesqueras con Marruecos, el conflicto del fletán, la guerra del Golfo, la multas de la cuota láctea, el arrancamiento de viñedos y el rechazo al Tratado de Maastricht por Dinamarca y Francia).

  5. Como compensación la opinión pública española entendía que Europa es el referente de “estándar” de bienestar. En la práctica lo percibe a través del hecho de que haya conseguido aumentar la renta percápita en catorce puntos desde 1.986 al 2001, por lo que se ha mostrado partidaria de la ampliación por encima de la media comunitaria y a pesar de la ausencia de debate público sobre el futuro de la UE y de la identidad multinivel (y heterogénea) de la población según regiones.

  6. Con la pretensión de dibujar el contexto de la tercera Presidencia española en la UE (2002) Jacques Delors analiza mediante dos instrumentos, el contenido de la Agenda propuesta así como de los objetivos propuestos en los dos precedentes de Presidencia anteriores y la actual, cuál es la incidencia de los aspectos domésticos en política europea española con el fin de entender la concepción subyacente del proceso de integración europea, concluyendo que dados los nuevos acontecimientos internacionales (11-S) sus prioridades “con vientos a favor” son la lucha antiterrorista y el desarrollo del tercer pilar.

  7. De la primera Presidencia en 1.989, esto es, todavía con mayoría absoluta del PSOE, aprecia que se tomó como una oportunidad de mejorar la imagen gubernamental hasta adquirir la categoría de un reto de modernización democrática, buscando así el crédito de la dignidad y el prestigio a través de lo queFernández Ordóñez vino en denominar “Presidencia de gestión”, esto es, sin lanzar nuevas iniciativas; de forma que siendo su prioridad Latinoamérica y el Mediterráneo puede decirse que, sin embargo, los resultados fueron desiguales y, salvo en las perspectivas electorales favorables del PSOE, puede decirse que fueron frustrantes en las áreas de hecho transcendentes.

  8. Con respecto a la segunda Presidencia en 1.995 la cintura electoral del partido en el poder (PSOE) ya era más estrecha, por lo que para los socialistas se convirtió en una tabla de salvamento de su debilidad interna. Ello se tradujo en una línea continuista pero con un talante ya más nacionalista (para algunos “españolista”) que no impediría como principal prioridad el conseguimiento de la Conferencia Euro mediterránea, la cual fue un éxito.

  9. Por último, en el 2002 la Presidencia internamente se afronta sin apenas erosión electoral del PP, por lo que supone una oportunidad de Aznar para ganar prestigio internacional bastándole para ello con seguir una línea continuista; mientras, desde el punto de vista exterior en la agenda influyen quizás en su contra las elecciones celebradas en Alemania y Francia, y a favor de sus prioridades, como hemos dicho, el 11.S.

  10. Los grandes temas a impulsar están siendo la puesta en circulación del euro, la ampliación y la preparación de la Conferencia Intergubernamental del 2004.

Conclusión:

Para finalizar cabe resaltar que la conclusión de Jackes Delors es que “paradójicamente, el proceso de integración europea muestra una vez más cómo incluso aquellos actores políticos con mayores recelos pueden ser atraídos por ella gracias a que representa una solución a sus problemas nacionales, algo que el caso de España sistemáticamente ha demostrado”.

5. “La política europea de españa 2001-2001”.

Esther Barbé, Observatori de Política Exterior Europea, Working paper 23, junio 2002. Htp://selene.uab.es/_cs_iuee/catala/obs/m_working. Html

  1. En este artículo la autora analiza la política europea española en el corto período que va desde elConsejo Europeo de Estocolmo (marzo del 2001) hasta la Conferencia Euro Mediterránea de Ministros de Asuntos Exteriores en Valencia, abril del año siguiente, año que lo califica de continuidad y convergencia: (1) De continuidad porque la presidencia española ha pretendido desarrollar la política de alianzas del gobierno Aznar, los programas de Lisboa y Tampere, y reforzar las relaciones con EEUU, si bien ha introducido con fuerza en la Agenda el problema de la inmigración en un contexto europeo favorable así como ganar terreno en el reconocimiento de status de grande y de ser país beneficiario de fondos regionales. (2) Y de convergencia porque el 11-S ha acercado la agenda mundial a la tradicional agenda española minoritaria en la UE, la lucha del terrorismo, siendo objetivo anticipado conseguida la euro-orden.

  2. Su programa giraba en torno a (a) la lucha contra el terrorismo, (b) la puesta en circulación del euro, (c) impulsar con Tony Blair el proceso de Lisboa consistente en el empleo estable y la liberalización económico-energética frente a la resistencia o “freno” (aquí no motor) franco-alemán de Schröder y Jospin/Chirac, (d) la ampliación de la Unión, (e) reforzar las relaciones exteriores, (f) y el debate sobre el futuro de Europa, señalándose como prioridades por Aznar el problema del terrorismodonde como consecuencia del 11-S se consiguió la euroorden, el Eurojust y un acuerdo políticosobre una definición común de terrorismo por parte de los Quince, aumentar la prosperidad económica en la zona (programa de Lisboa) y sentar las bases de la ampliación; en definitiva, el desarrollo de los programas de Lisboa y Tampere y castigar a los países de origen de inmigrantes ilegales (Consejo Europeo de Sevilla).

  3. En el balance de resultados se aprecia que se impuso el calendario francés de liberalizar para el 2004 -y no antes- el suministro de energía eléctrica sólo para empresas, mantener el objetivo de pleno empleo para el 2010 y la aprobación del proyecto Galileo (de navegación por satélite competidor del GPS norteamericano), la introducción de la tarjeta sanitaria europea, y, sobre todo, se avanzó en dos temas clave para España: el energético y Gibraltar.

  4. Por su parte, en el terreno de nuevas iniciativas en materia de terrorismo constan la creación de equipos conjuntos de investigación, incorporarlo al segundo pilar (PESD) vinculándolo con las misionesPetersberg, y el inicio de negociaciones con los EEUU – donde hay la pena capital y Tribunales Militares- sobre un acuerdo de extradición.

  5. En cuanto al tema de la ampliación España ha chocado (blouckgrand) con Alemania porque se pretendió que con ella se reconociera un perjuicio de “efecto estadístico” en las subvenciones a favor de España, problema presupuestario de choque junto con la moratoria de siete años propuesta por Alemania en relación con la libre circulación de trabajadores de los nuevos países candidatos. En el Consejo Europeo de Gotemburgo (Junio 2001) se consiguió que de aquel efecto se tomara nota para estudiarlo en un futuro por la Comisión y, por tanto, que la ampliación se retrasase en el calendario inicialmente previsto.

Conclusión:

Por último, con ocasión de la entrega de un premio en octubre del 2001 Aznar clarificó su postura sobre el debate del futuro de Europa alineándose junto con París y Londres en dar mayor protagonismo a “los Grandes” en el Consejo Europeo bajo el lema “Más Europa en el Mundo” así como incentivar el desarrollo de las áreas de Interior y Justicia y Seguridad y Defensa, la necesidad de aumentar el presupuesto comunitario, la constitucionalización progresiva de Tratados, el mantenimiento del equilibrio institucional y del acervo comunitario, y la constitucionalización de la “Carta de derechos fundamentales” y de una “Carta de parlamentos nacionales”.

6. “La europeización de la política exterior española”.

José I. Torreblanca.

  1. La pregunta sobre la que gira este escrito consiste en responder si nuestra adhesión a las comunidades y durante el período de diez años siguientes se ha apreciado que España haya realizado una política europea propia o más bien derivada de las necesidades de la comunidad a la que pertenece.

  2. El autor diferencia así dos procesos como son (1) el de convergencia y de reducción a la media europea o (2) el de transferencia de políticas a la Unión, significando que en torno a las primeras se encuadran aquellas materias menos exclusivamente bilaterales, esto es, más resultantes de nuestra participación en las instituciones europeas, mientras que en las segundas se ha pretendido que las cuestiones sensibles para España (como Marruecos o Latinoamérica, bien por razones de seguridad, bien por razones de prestigio) se haya instrumentalizado a la Unión para conseguir sus necesidades en materia de política exterior. En este proceso intervendrán además como factores a tener en cuenta los distintos cambios de gobierno, esto es, sus diferentes visiones para con Europa, y los diferentes contextos internacionales que hayan podido modificarse.

  3. (Aunque hoy no sabemos si podemos decir lo mismo) España no ha sido para Europa, según el autor, unenfant terrible como Grecia, sino que unánimemente se reconoce que ha virado su política exterior con arreglo a los intereses de la Unión -tal y como lo demuestran, entre otros, hechos incontestables tales como la ratificación de su permanencia en la OTAN, el ingreso en la Comunidad Europea, el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel, la participación en el conflicto del Golfo y en operaciones de paz, la política seguida sobre sistema monetario, comercio y seguridad – hasta seguir una evolución donde se ha acomodado nuestra política exterior a la de nuestros socios en la Unión en zonas como Oriente Medio, el conflicto de Yugoslavia, Sudáfrica, Asia, etc., no así, tal como dijimos, respecto aMarruecos o Latinoamérica, cuestiones ambas que por ser importadas a la Unión se pretende por España que la transferencia de estos problemas bien diluya contenciosos bilaterales (la pesca, el comercio agrícola, el Sahara, Ceuta y Melilla), bien se pueda realzar su papel de interlocutor internacional respectivamente, o incluso que se evite distraer la atención de los recursos de la Unión a los países del Este en perjuicio de la ribera mediterránea.

  4. Asimismo, el autor pone énfasis en diferenciar “europeificación” de “europeización. Personalmente creo que “hay algo de masón”:

  5. Señala que el primero no tiene connotaciones de integración con la Unión Europea sino que juega de forma abstracta y no vinculado al proceso de cooperación intergubernamental o supranacional en materia de política exterior, siendo así sus instrumentos el acervo jurídico de la CPE y de la PESC, el marco institucional de la política exterior y el papel que representa el propio contexto internacional. Base de su éxito es la confidencialidad de la diplomacia en una materia tradicionalmente ajena a la influencia de la opinión pública y su carácter relativamente no estatalista por ignorar la competitividad de posiciones de partidos nacionales, todo lo cual ha permitido el voto al unísono de los Estados miembros de la Unión en las Naciones Unidas, esto es, el conseguimiento de más de un mínimo común denominador de las políticas exteriores de los Estados miembros a través de hábitos y prácticas institucionales comúnmente aceptadas y debidamente catalogadas en compendios de referencias (coutumiers) que, con el tiempo, primero se solidifican en normas de rango cuasi legal (soft-law)8 y después pueden llegar a constitucionalizarse (Acta Única Europea de 1.986 o Tratado de Maastricht).

  6. Por su parte, la europeización de la política nacional es un proceso de identificación de los intereses y concepciones de la Unión respecto de otras potencias en el mundo, lo cual no significa convergencia de identidades sino coexistencia de las muy diversas hasta el punto de que en España se ligue el proceso de construcción europea al éxito de la transición democrática y modernización socioeconómica, que en Francia se ligara a la preservación de un modelo de civilización resultante de la II guerra mundial y sin detrimento de su tono tradicionalmente nacionalista, o que en Alemania su característico “patriotismo constitucional” se adaptara al marco europeo renunciando a una política exterior independiente.

  7. En este proceso de europeización la política europea del PP con respecto a la del PSOE fue más ambigua, cuestión que según el autor no es atribuida a la falta de experiencia ni a la confusión o falta de ideas, sino a una diferente concepción de Europa que para el PP no comienza en 1986 sino ya antes con el Plan de estabilización de liberalización de la economía y el Acuerdo comercial de 1970 con la CEE. En resumen, si por un lado hay un proyecto socialdemócrata en el que Europa es el marco de su realización expresado en el Estado del Bienestar, social y solidario, el PP convive con dos modelos de Europa: el liberal-centrista que enfatiza su componente económico, y otro conservador minoritario que se asienta en la tradición nacionalista, tanto en económico como en lo político.

Conclusión:

De esta manera el PP ha practicado en el Gobierno una política europea más centrada en la defensa de los intereses específicos de España, donde predominan los económicos frente a los políticos y, en general, dominada por la sustitución del europeísmo a ultranza por otra línea más pragmática, distante y utilitarista.

Dicho de otra forma, el Gobierno del PP no ha necesitado de Europa ni para reducir la inflación ni para utilizarla como coartada de su política macroeconómica, y ello al unísono de la evolución de la opinión pública española hacia una “segunda normalización de la política exterior europea de España”9 como consecuencia del lógico cansancio del “boom” que supuso la integración y del desafío que supone su ampliación.

7. “España en la unión europea: etapas y efectos de la integración”.

García Delgado, J.L. España, economía: ante el S.XXI. Madrid, España, 1.999.

  1. Tal como indica su título son objeto de estudio por este autor las distintas etapas del proceso de integración de España a la Unión y sus efectos no sólo económicos, destacando como hitosbeneficiosos tanto la firma del Tratado de adhesión en 1.985, nuestra entrada en la CEE un año más tarde, la firma del Tratado de Maastricht en 1.992 y ya antes la incorporación de la peseta al mecanismo de cambios del sistema monetario europeo desde 1.989, teniendo presente que España se incorporó en un momento donde de la simple Unión Aduanera se pasó al Mercado Único, actualmente potenciado con la adopción del euro como moneda desde 1.999.

  2. Es opinión común de la mayoría de analistas que, pese al Acuerdo Preferencial de Comercio de 1970 y la solicitud de nuestra entrada desde las primeras elecciones democráticas (y posteriores y arduas negociaciones), no es su segundo paso; es decir, es con nuestra adhesión a la CEE en 1.985 y, por tanto, a la Unión Aduanera, cuando se inicia realmente el proceso de integración de nuestro país a una Europa comunitaria que, desde 1.979, empezaba a superar su transitoria crisis económica de los setenta. Ello fue debido a la creación de un sistema monetario europeo cuya implantación acabó en 1.983 con la Declaración solemne de Stuttgart, el Libro de Mercado interior de 1.985 y, por último, el Acta Única en 1.986. Su construcción en ese momento ya como Mercado Único coincidía además con la desaparición de toda barrera arancelaria de personas, mercancías y capitales también por España hasta 1993. La desaparición de puestos fronterizos a efectos fiscales, de la distinta normativa y de las restricciones de compras al sector público eran las nuevas señas de identidad de ese único mercado. Todo ello, en tan corto espacio de tiempo, supuso un reto para la competitividad de nuestras empresas como nuevo hecho económico de enorme relevancia.

  3. El segundo paso fue que España estrechara lazos con economías fuertes como la alemana para evitar con su buena reputación disparar la tasa de inflación, con lo que en 1.989 España incorporó su peseta al mecanismo de cambios del sistema monetario europeo con referencia al ecus, sistema que a principios de los 90 estaba en crisis por la negativa refrendada danesa a Maastricht y la división del voto francés.

  4. Con Maastricht ya se habla así de Unión Europea propiamente dicha, de forma que, superado con éxito el trauma español de la difícil convergencia de su moneda con la del euro, fue en 1998 cuando España fue aceptada también como país partícipe de una moneda única cuyo valor en 1.999 se estipuló en 166,386 pesetas y la desaparición de éstas.

  5. Los efectos de la integración económica: Vistas las anteriores etapas el efecto de una economía madura como la española (desde 1.970) fue la beneficiosa apertura comercial al exterior.

  6. Esto permitió al consumidor su aumento de renta real al encontrar en el mercado más mercancías y más baratas, con la consiguiente especialización de la producción, de su importación y exportación según productos.

  7. Si bien a corto plazo ello puede crear paro y desequilibrio comercial, éste se compensa a largo plazocon la entrada además de nuevos capitales y porque las estructuras económicas de los países de la Unión son similares, dato que según el autor se ha demostrado como fundamental también para España mediante el efecto neto de la creación de comercio -(sobre todo en manufacturas) generador de aumento de bienestar-, la reasignación de recursos a producciones más competitivas, la escasa desviación comercial a otros países y áreas (apreciada más visiblemente en la agricultura, no en manufacturas) y la importante salpicadura de la ayuda de capital extranjero.

  8. La única desviación comercial que señala, no de gran magnitud, se ha registrado en la minería, maquinaria industrial y agrícola y el papel y las artes gráficas.

  9. Los restantes países de la Unión, por su parte, han sufrido un menor índice de desviación comercial debido a que sólo tuvieron que suprimir barreras arancelarias comerciales, no las restantes como la que tuvo que hacer también España.

  10. Ésta ha aumentado, aunque con retraso por la sobrevalorada peseta durante su integración, sus exportaciones por encima de las importaciones, sobre todo en la industria avanzada como transporte o automóviles, no así en la industria tradicional debido a la fuerte competencia de este sector con respecto a terceros países y pese a sus salarios bajos.

  11. Ello responde a la mejor calidad de los productos y revela el esfuerzo empresarial español concursado con la ayuda de capital extranjero a su vez incentivado por salarios bajos.

  12. La conclusión es que los efectos de la integración económica fueron positivos.

  13. Los efectos de la integración monetaria: Con la entrada de nuestra peseta en el sistema monetario europeo dábamos un paso firme a nuestro compromiso de integración. Si bien se acordó como tipo de cambio aquel donde el marco alemán valía 65 pesetas, esta sobrevaloración se podía defender mediante el exceso de reservas de divisas de la entrada de capital extranjero, los bajos salarios, el alto tipo de interés y de las medidas fiscales con el fin de luchar contra la inflación.

  14. Sin embargo ésta apenas se redujo debido al aumento del déficit y gasto público, y el alza de salarios por la negociación con sindicatos a principios de los 90; por lo que junto con el alto valor de la peseta el comercio exterior español se desaceleró y la economía empeoró creciendo los tipos de interés, política que por otra parte debía seguirse si se quería reducir la inflación y sostener el valor de la peseta.

  15. Ésta, pues, se tuvo que devaluar hasta valer en 1992 unos 83 marcos, por lo que la experiencia no fue positiva en esta faceta.

  16. De entre los distintos criterios para conseguir los ajustes macro- económicos de una pretendida Unión Monetaria en 1999 ya antes se revelaban como transcendentales la baja inflación y déficit público para conseguir la meta de la convergencia y posterior configuración de instituciones regentes de la nueva economía europea (Banco Central Europeo(BCE), cúspide de los nacionales).

  17. En un clima de europesimismo por la situación económica generalizada, sin embargo en 1996 España a través de la política del PP, con alguna argucia contable, consiguió reducir déficit público, no aumentar paro, y un buen clima de cooperación con sindicatos y patronal en aras de conseguir la convergencia predicha.

  18. La introducción del euro conllevaba el peligro de no saber responder ante un cambio de la demanda por la pérdida de una política monetaria propia en la que se puede hacer uso de la devaluación de la moneda así como una restricción también de la política fiscal desde el Pacto de estabilidad de 1997 para controlar los aumentos del déficit público.

  19. Este peligro, sin embargo, merma cuando las estructuras económicas de los socios son similares y la integración se consolida en términos homogéneos y no desiguales, de forma que la introducción del euro supuso el beneficio de una menor tasa de inflación y de interés real, con el consiguiente aumento del ahorro, de la inversión, y la disminución de costes para las empresas, así como, en general, un aumento del PIB de naturaleza parecida al efecto del Mercado Único Europeo

  20. Esto también fue así porque el euro supuso eliminar también una barrera al comercio mediante, por ejemplo, el ahorro de costes de transacción de monedas nacionales, la superación de riesgos de cambio comerciales y de otras barreras como la segmentación de los mercados de orden cultural; si bien, y sobre todo, el efecto positivo más importante fue el de la mayor transparencia de precios junto con el de la provocación de una mayor competencia e innovación tecnológica, base ambos de cualquier crecimiento.

Conclusión

Es que el pronóstico de su introducción fue así positivo, igual que la conclusión general.

Por lo que hace referencia a la nuestra, una vez valoradas las opiniones de los anteriores autores, está clara: salvo que la realidad demuestre lo contrario, en su juicio histórico todos coinciden en las bondades de nuestra incorporación a la Unión Europea. El peligro que observamos es que otros países puedan hoy o mañana dudarlo.

Victoriano Perruca Albadalejo.

Notas

1 (Ortega y Gasset, 1910)

2 Era un instrumento para conseguir una mayor profundización en la democracia y de su proyección internacional

3 Es sabido que se le reprocha en su mandato la responsabilidad final del por sí terrorífico bombardeo, e ilegal, a Serbia por la cuestión de Kosovo (1999) desde el punto de vista de muchos ius internacionalistas, entre ellos muchos de los españoles.

4 Principio de “geometría variable” que en aplicación a este caso un Auditor de guerra (Miguel Alía), acreditado combatiente, metafóricamente en alguno de sus artículos lo expone como cuando -sin necesidad de ir a la guerra- nos levantamos todos los días abriendo puertas y ventanas o poniéndonos aquel u otro sombrero; aquel que, como diría castizamente una chata, es “de quita y pon”.

5 Ya dijimos que hoy habría que añadir Niza y Lisboa.

6 Nuestro Texto constitucional al respecto debió de ser modificado.

7 (Informe Mc Sharry, el Libro Blanco de Mercado Interior, la diferente negociación de productos mediterráneos y continentales y con el GATT).

8 Soft-Law (necesitan desarrollo; p.ej. una Directiva) rente a self executing (p.ej. un Reglamento).